N° 24
Por eso, vida mía, por el día a día,
por enseñarme a ver el cielo más azul,
por ser mi compañera y darme tu energía;
no cabe en una vida mi gratitud
por aguantar mis malos ratos y manías,
por conservar secretos en ningún baúl,
capaz de ganar y de perder.
Perdona si me ves perder la compostura.
en serio, te lo agradezco que hayas sido mío.
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