Me ubica en los adentros

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Hoy me demuestro anhelo a lo estátil, estoy ya cansada de huír, de cambiar. ¿No es más fácil ser mi propio personaje? Mi cuerpo siente un merecedor agobio y necesita reposo del dolor, no de la vida.
Quiero despertar y sentir que alguien me mima con la mirada. Sentir que es un simple amor lo que me rodea y no odio. Me temo. Le temo al recuerdo, sin embargo lo resguardo en mi corazón sin dejarlo ir, preservando su figura e imagen de inofensivo pensamiento.
Quiero liberarlo de mi condena, solo para así poder sanar, lo que una buena palabra me supo expresar que todo en esta vida tiene un fin, sin antecedentes ni compasiones.
Creé un mundo imaginario para que me protegiera de lo externo, del afuera, mientras que lo que más lastimaba era la corteza áspera de mi interior, el silencio: dolía en mi corazón, dolía junto a mi enfermedad.
Tuve una fobia que no supe sobrellevar, una cura contra la cordura y la racionalidad. No supe escucharme cuando así lo necesité. Resistí como me aconsejaron mientras que debí gritar. Me quebré adheriendo a mis marcas la memoria, suprimiendo las verdaderas necesidades.
Hasta que me perdí sin mapa, sin brújula, sin estrellas. Todo eso no importaba son tan solo herramientas, me perdí olvidando que la única guía era yo.
¿Qué se hace para volver a encontrarse?

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